De aquello que no se habla
- Jorge Arias, Chilecito
- 10 sept 2020
- 3 Min. de lectura
La pandemia, como sociedad, nos impacta e interpela de distintas maneras. Su hálito trágico nos somete a pesar de las resistencias. No hablo aquí de la resistencia que expresa el sostener o vulnerar el aislamiento, sino de la resistencia al olvido. No se trata solo de cómo ha modificado nuestros hábitos y nuestra sociabilidad, sino de cómo puede anestesiarnos frente a la realidad que mientras tanto transcurre. Y en ese transcurrir se desliza también la vida política de un país gris, donde todo es circunstancial, solo existe el hoy, nada es futuro, nada es porvenir. Nos hemos acostumbrado a que nuestros dirigentes no debatan ideas, proyectos, que solo puedan dar un intento de respuesta a lo coyuntural; nada que refiera a lo trascendente. Se entiende, nuestra crisis es profunda, y yo diría que a esta altura endémica, y requiere ser “gestionada”, pero la crisis también requiere la valentía de afrontarla con la convicción de la trascendencia, del poder pensar más allá, de construir consensos en torno a algunas ideas acerca que proyecto de país es el que quisiéramos, para nosotros, y sobre todo, para las generaciones futuras. Pero, podrían Uds. preguntarse o bien preguntarme: ¿Qué tiene que ver el contexto de la pandemia con esto de las ideas, el consenso y el futuro?. En verdad podríamos pensar que lo trágico de la situación ha paralizado todo debate, y que hoy el eje de la cuestión pasa por afrontar ello, aún cuando logran colarse discusiones tales como cuantas mesas puedo poner afuera, o cuantos comensales pueden participar de un asado, o si me tiro en paracaídas en una parroquia pero caigo en terreno de otra, ¿debo hacerlo con barbijo?. Permítanme disentir con esta afirmación; ¿por qué?, porque creo que la vida política argentina no discute nada serio hace mucho, mucho tiempo. Si la denominada “GRIETA” esquematizó y empobreció aún más nuestra pobre discusión política, la pandemia terminó por congelarla. Pero las problemáticas verdaderamente trascendentales para la vida del país siguen allí, esperando ser convocadas a la agenda de temas, a la opinión pública, al debate serio y fundamentado. Uno de esos temas medulares ha sido, y aún es, a pesar de la experiencia histórica transcurrida y los cambios constitucionales operados, el FUNCIONAMIENTO DE LA ORGANIZACIÓN FEDERAL del país. Sin embargo, más allá de algunas manifestaciones que suelen aparecer cuando se produce algún problema vinculado a la distribución de fondos, a ciertos reclamos jurisdiccionales o a confusos reclamos “pseudo autonómicos”, la cuestión del federalismo es un tema al que no se le brinda ni el espacio ni la atención que merece, concentrándose su tratamiento más sólido, fundamentalmente en los ámbitos académicos. Por supuesto, este es un tema que requeriría un análisis exhaustivo y un debate amplio y riguroso que no podría ser contenido en esta página, pero si, de alguna manera, nuestra aspiración es contribuir a estimularlo. De allí que me llamó la atención como un medio español, catalán más precisamente (aunque no independentista), Crónica Global, daba tratamiento en algunos de sus artículos a distintas dimensiones del tema del federalismo y la autonomía, con relación a la problemática de la pandemia del COVID-19. Podría decirse que sociedades distintas engendran realidades distintas, y que por lo tanto es vano todo intento de comparación, lo cual es cierto; al igual que es cierto señalar que una de las notas no refiere al federalismo en sentido estricto, sino a tensiones autonómicas históricas, lo cual es un problema distinto. También podría sostenerse que los artículos provienen de un medio que claramente adopta una posición crítica al reclamo independentista de una parte de la ciudadanía catalana, lo cual, a los fines de lo que quiero exponer, sería irrelevante, porque en verdad lo que me ha convocado de las notas cuyas lecturas a continuación les voy a proponer, no ha sido su “coyunturalidad”, por el contario, sino como aún la coyuntura crítica requiere ser analizada con un en sentido trascendente. Dos cuestiones fundamentales despertaron mi interés por los artículos: por un lado, es que aún en su diversidad temática, las notas en cuestión toman aspectos de la discusión sobre el FEDERALISMO como eje articulador; por el otro, que más allá de la pandemia, y por cierto, debido a la pandemia, HAY LUGARES DONDE LA POLÍTICA NO ABANDONA NI POSPONE LA DISCUSIÓN DE LOS TEMAS IMPORTANTES QUE AFECTAN A SUS SOCIEDADES.
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