A propósito del "El Nadador", un cuento de John Cheever
- Jorge Arias, Chilecito
- 3 sept 2020
- 2 Min. de lectura
Escritos - Relatos

Mi encuentro con Cheever fue por azar, y paradójicamente, no a través de su literatura. Allá por los años´70, en una noche de verano, cuando el viejo Canal 7 disponía de programación de trasnoche para noctámbulos y cinéfilos como quien escribe estas líneas, tuve oportunidad de ver una película -en blanco y negro- que me tomó desprevenido, quizás porque no esperaba encontrarme frente a un film que contenía cierta construcción errática, donde parecía que no había un solo tema, sino una variedad de argumentos, un protagonista inclasificable, personajes diversos, distracciones y una sensación de final incierto y angustiante; una película extraña, por su belleza y su serena desesperación. Esa película, protagonizada por Burt Lancaster, era El nadador, y fue, sin proponérmelo, mi primer acercamiento a la obra de John Cheever.
Al terminar de verla, recuerdo que su final me generó cierta sensación de desasosiego. Creo que esto estimuló mi interés por buscar más información sobre la misma, y pude descubrir que se trataba de una realización del año 1968, protagonizada dirigida por Frank Perry y basada en un cuento homónimo escrito por John Cheever. Durante años busqué sin suerte en librerías de Buenos Aires ese relato, hasta poder dar con una edición de Bruguera que contenía una selección de cuentos de Cheever, en una librería de saldos situada en Avenida de Mayo y 9 de Julio, y en donde el volumen, a pesar de su notorio deterioro, cotizaba a precio de oro, por lo que en mi condición de estudiante y empleado me fue imposible adquirirlo. Así mi lectura de El nadador debió esperar, no así mi acercamiento a otras obras de Cheever, las cuales, por cierto, tampoco eran fáciles de conseguir.
Nacido en 1912 en Quincy, Massachusetts, y fallecido a la edad de 70 años en Ossining, estado de New York en 1982, Cheever, es considerado uno de los cuentistas y novelistas más destacados e influyentes de la literatura del siglo veinte.
Pero para hablar de su vida y su obra, hay tiempo... , ahora les invito a disfrutar de su lectura...
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