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Demoliendo Bicentenarios

  • Jorge Arias, Chilecito
  • 24 ago 2020
  • 1 Min. de lectura

Chilecito, 18 de agosto de 1890, nacimiento de Arturo Marasso Días atrás, una parte de nuestra comunidad observó atónita y desorientada como un solar de trascendencia histórica, aunque arquitectónicamente desnaturalizado, era derribado sin atenuantes ante la sorpresa general y la inacción de las autoridades públicas. Muchas personas allí descubrieron que dicho solar, ubicado en la intersección de las calles Julián Amatte y El Maestro, había sido la casa natal de un ilustre escritor argentino, el Profesor Arturo Marasso. Esos días hubieron expresiones de repudio, mensajes que convocaban a la toma de conciencia, acciones desesperadas de funcionarios que buscaban normativas o reglamentaciones, inexistentes por cierto, ya que nunca las habían diseñado o aprobado, apelaciones a una identidad perdida o en extinción, etc., etc.; es decir una especie de catarsis histérica colectiva que con el correr de las horas y los días fue dejando lugar a un sentimiento de incomodidad fugaz, para volver paulatina mente a la desmemoria, a la desidia. Como el 18 de agosto se han cumplido 130 años del nacimiento de Don Arturo Marasso, aquí mismo en Chilecito, en ese solar familiar que el olvido ha consumido, me parece oportuno recordarlo a través de quienes lo han valorado, de quienes han estudiado y prestado atención a su erudita obra. Recordarlo, es también recuperar nuestra memoria, la que nutre nuestra identidad, y también es reconocer los vacíos que la tornan vulnerable.

El Cervantes de Arturo Marasso: una crítica erudita, diferente Por Carlos Orlando Nállim

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